Qué ganas tenía de volver a El Hortelano, en Puebla de Guzmán, o La Puebla como se dice en toda la provincia. Es un lugar de esos que te encandilan nada más entrar. No es por ser una casa reconvertida en restaurante, ni por su decoración típica andevaleña, ni sus coloridas macetas y jilgueros cantando en la terraza. Te encandila la personalidad, la afabilidad y amabilidad de Sebastián y su familia, ya que es una casa de comidas totalmente familiar, donde las llamadas al compañero no se hacen por su nombre, sino por “mamá o papá”. Y eso ya te hace sentir como en casa.
La mayoría de la materia prima vine directamente de la huerta de la familia, la que llevan cuidando desde hace generaciones. No faltan las fotos de Sebastián y su padre haciendo labores en el campo.
De ahí que su cocina sea enteramente tradicional, casera, la que preparan nuestras abuelas y madres con productos fresquísimos. Si a esos elementos les añades el cariño con los que se cocinan, tenemos unos platazos, por muy sencillos que parezcan.
Con lo caro que es el gurumelo, este año de abundancia, lo ha podido incluir hasta en el menú del día. Simplemente acompañado por huevos camperos, el sabor es espectacular. Todo lo que os diga sobra, viendo esta foto con esa yema de huevo tan amarilla y tan sabrosa. Nada que ver con cualquier otro.
Me hubiera esperado un San Jacobo con jamón ibérico, pero no sería para un menú del día, sino para la carta. Aun así, el crujiente estaba perfecto, nada aceitoso. El interior, con jamón york, tenía fundido queso en la cantidad justa. Más, y solo comes queso. Lo acompañaba un tomate de esos que sí tienen sabor, jugoso y delicioso, y unas patatas frescas fritas. Lo de siempre, pero con una calidad tremenda.
A pesar de que me llamaban poderosamente la atención cualquiera de sus postres caseros como sus mousses de limón o fresas o la crema quemada (catalana) entre otros, cuando hay fruta preparada, siempre la pido de postre. Kiwi, pera, manzana y fresas bañadas por un zumo de sus jugos, hacen de este postre tan sencillo, un manjar.
La excelente atención y el buen servicio son marca de la casa, y viene de genética.
Calidad de elementos y mimo en la cocina, hacen que los 8,50€ que se paga por este menú (incluyendo bebida), sean algo irrisorio.
Venía a El Hortelano cada vez que visitaba el Andévalo, antes de iniciar esta aventura bloguera. Ahora que vuelvo a visitarlo, no puedo hacer otra cosa que comparar mentalmente lo que veo en otras casas con esta cocina tan particular y cargada de sabor.
El Hortelano se encuentra en la calle segadores número 11 de Puebla de Guzman, en Huelva.
A mi me encantan los sitios como este. Adoro los bares y restaurantes pequeños ,caseros y acogedores. Siempre se preparan ahi la comida mejor que en los grandes.
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Es el mimo y el cariño al producto lo que marca la diferencia. Y este, al ser tan familiar, parece que estás en casa. Un lujo al alcance de cualquiera😘
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Que buena pinta tienen los san jacobos mmm!!
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Y saben tan bien como pintan😋
Bienvenido, espero que disfrutes!
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Entonces…¿qué hago con las patatas congeladas que tengo? ¿Las tiro?
Haces que un san Jacobo nunca vuelva a ser lo mismo jjj
Besos
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Daselas a los gatos jijiji
Ojalá hiciera yo ese San Jacobo, yo solo lo describo y porque en la foto no se ve ese quesito fundido… ayyyy
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No sabes fundirlo?
Yo tampoco
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